No dijo nada.
Sólo sonrió.
Y me miró.
Con sus profundos ojos azules verdosos.
Y se colocó el pelo como si fuera un acto reflejo.
Y miré su brazo blanco como la nieve, donde las venas sobresalían.
Y su color pálido de piel me cegó.
Y sus labios secos agrietados me hicieron querer besarlos.
Y de hecho, lo hice.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No reconocerse.
-¿Y por qué me estoy mirando? Ni siquiera se trataba de mí. Había una persona al otro lado, con la nariz a escasos centímetros de la mía, ...
-
-¿Y por qué me estoy mirando? Ni siquiera se trataba de mí. Había una persona al otro lado, con la nariz a escasos centímetros de la mía, ...
-
A Alicia L.: En la mañana del presente día de agosto, Alicia L., autora de la declaración y en total acuerdo con la propuesta (la actual de...
-
“Una anciana y un anciano de expresión vacía se sientan en silencio y contemplan la vida.” Yo quise ser cantante de ópera. Y nunca lo fui. T...
Estoy obsesionada con tu blog. Ojalá publicaras más entradas.
ResponderEliminarCada día que pasa, me enamoras más y más con tus palabras y las sensaciones y emociones que transmites sin pretenderlo realmente.