3 de mayo de 2014

Algo.

Nos estaba matando.
A los dos.
Y no lo veía.
Con cada frase, con cada palabra, con cada pensamiento partía un trozo de mi alma y de la suya y los tiraba a la basura.
Lo peor es que yo nunca hice nada por pararle.
Ni siquiera quería hacer algo.

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